El formato típico para reproducir en los gramófonos, (antecesores del giradiscos). Se usaron desde la invención del propio gramófono (en 1888) hasta mediados de los años 50, aunque no fueron los únicos, puesto que también se probó con discos de baquelita y otros materiales.
Las grabaciones aparecieron en las más variadas velocidades de rotación, (dependiendo del fabricante) , hasta que se estandarizaron a 16⅔ , 33⅓ , 45 ó 78 R.P.M. (revoluciones por minuto).
Los discos de 16 RPM se usaban sobretodo para cuentos infantiles o narraciones.
Y el resto, para música, y dependiendo de la duración y formato de la grabación se usaba una u otra velocidad de grabación.
Su calidad auditiva es inferior a la del disco compacto, y a la del propio disco de vinilo, en parte por limitaciones técnicas, y en parte por los escasos medios tecnológicos para realizar grabaciones con una calidad decente, y producirlas, puesto que hasta los años 50, básicamente lo que se hacía era grabar directamente tal y como se escuchaba.
(Los mismos que para un disco de vinilo)
- Evitar humedad y cambios de temperatura
- No limpiar con productos abrasivos, para evitar el deterioro del esmalte
- Almacenar en posición siempre horizontal para evitar su deformación
Los discos de pizarra, como ya se ha dicho, desaparecieron en torno a los años 50, y fueron sustituidos por los discos de Vinilo (microsurco), que eran más baratos de fabricación, y otorgaban una mayor calidad de sonido.
